¡Hola! Soy Bill Gates, conocido mundialmente como el creador, presidente y director general de Microsoft Corporation, y tal vez, conocido también, como el hombre más rico del mundo. Los medios de comunicación me elevan al altar de los genios, y yo no puedo decir que no lo soy. Soy el genio de la informática. Con el dinero que tengo puedo comprar pequeñas empresas que pueden llegar a competir contra mi gran imperio. Desde mi fundación, Bill & Melinda Gates Foundation, realizo grandes donaciones al tercer mundo para acercar la tecnología a todos los hogares del mundo. Se puede decir que soy un santo. Algún día me darán el Nobel de la paz, lo sé. Lo que nadie sabe es que esas donaciones son falsas, o, más bien, me salen gratis, mientras que mi nombre y el de Microsoft recorre el mundo. La publicidad da mucho dinero, sí señores. Con todo el dinero que tengo, llegaría a una cantidad mínima para alimentar a todas las personas del mundo; pero claro, ¡para ello tendría que repartirlo! No soy tan tonto, señores. Sólo soy un genio. Se han dicho muchas mentiras sobre mí. Una tal Naomi Klein dice que obtengo trabajadores mediante subcontratas y que son llamados permatemporales. Eso, señoritinga, es mentira. La calidad de vida de mis empleados es óptima y yo les doy lo mejor. Así que, en definitiva, soy el más rico y el más generoso. SOY DIOS.
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